martes, 15 de mayo de 2012

Tanto la ficción como la "realidad", en manos del share


 Los datos de audiencia son el Dios de las parrillas televisivas. Son quien crea, destruye, juzga y decide todo lo que se emite por televisión. La calidad de los productos, su posible función como servicio público, el aprovechamiento del medio audiovisual como soporte de expansión de cultura, de arte, de valores... a las cadenas (con la excepción de la decencia de alguna pública) nada les importa si los señores de Kantar Media dicen que tal formato no vale, que la muestra de población que representa a España ha dicho que no. Y no les importa porque la televisión es publicidad; y a la publicidad, por muy arte que sea para algunos, le importa lo que le importa.En el cielo del siglo XXI están sentados Dios, los Mercados y el Share. Cada uno hace y deshace en lo suyo y la audiencia hace lo propio en la televisión. Las cadenas venden audiencias a los anunciantes de ahí que se cambien sus parrillas con el fin de tener contento a ese ente abstracto que aglutina a los televidentes.


El estreno de El Número 1 (Antena 3 ), el 26 de marzo, hizo temblar las parrillas de nuestra televisión. Especialmente las del grupo Mediaset que modificaron la programación no de uno de sus canales generalistas, si no de los dos (Telecinco y Cuatro). El primer ejemplo de esta campaña de contraprogramación, algo que en la teoría es ilegal pero que luego todos hacen, fue el cambio de fecha de una de las joyas de la corona de Telecinco: Gran Hermano. El programa se emitía los jueves pero excusándose en la huelga general que coincidía con su gala (y que por otra parte podía restarle audiencia) lo traspasó en esa precisa semana para el lunes intentando eclipsar el estreno de Antena 3. La jugada es entendible: a El Número 1 se le presupone un perfil de audiencia similar al de Gran Hermano. Si ése público ya está fidelizado al reality de Telecinco (que ya llevaba varias semanas en antena) no dejará de ver el programa que ya sigue. Al final Antena 3 consiguió sobrevivir a las adversidades y se hizo con el liderazgo de la audiencia, sin embargo su programa ha perdido tirón tras su estreno y tras dos meses Gran Hermano le sobrepasa.


Mediaset no se quedó contenta con la jugada de Telecinco y movió ficha también en Cuatro. La hermana pequeña del imperio Vasile estaba teniendo éxito con su nuevo docu-reality ¿Quíen Quiere Casarse con mi Hijo? que consiguió ir aumentando su audiencia progresivamente gracias en gran parte a la difusión que se hizo de él en Twitter. Ante la perspectiva del estreno de El Número 1 los programadores de Cuatro decidieron atrasar la final del programa una semana más, al lunes 26 de febrero, para hacerla coincidir con el nuevo programa de Antena 3. Finalmente la gala final consiguió un modesto 9,4% de share (por debajo de sus resultados medios).


Las ficciones nacionales tampoco escapan a la mirada incisiva de Kantar Media y es que en el mismo mes de marzo hemos presenciado la espiración de dos de ellas. El primer ejemplo lo encontramos en Antena 3 que decidió no renovar su serie Toledo que parecía apuntar alto en su estreno pero que terminó estrellándose ante el Tú si que Vales. La cadena decidió que no le compensaba seguir produciendo una serie de alto presupuesto cuya audiencia iba a la baja por lo que no habrá segunda temporada.

Una por ti y otra por mí. Si Telecinco batía a la serie de su enemiga con Tú si que Vales, Antena 3 hizo lo propio con una de las ficciones de Telecinco: La Fuga. La serie se estrenó con un prometedor 16,9% pero sus audiencias no pararon de descender. Sufrió numerosos cambios de programación, escapó de la competencia de Con el Culo al Aire, luego de la de Toledo y más tarde volvió a su posicionamiento original, tanto vaivén intentando perseguir a la audiencia sólo consiguió marearla. Telecinco ha decidido no producir una segunda temporada aunque está intentando rentar la primera con su exportación al extranjero, dónde parece que quiere ser acogida.

Fuentes:

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